Introducción
Después de observar la necesidad de crear unas salas donde los niños y niñas pudiesen celebrar eventos importantes, ALATEVAMIDA adquiere el compromiso de conocer profundamente el desarrollo integral infantil, tanto sus exigencias cognitivas, motrices, relacionales y emocionales para crear un espacio que responda a las necesidades de los niños. Este compromiso guía a Maribel Vargas Pérez, socia fundadora, Licenciada en Pedagogía y Diplomada en Magisterio de Educación Especial por la Universidad de Barcelona, a redactar junto a Mónica Vargas Pérez, maestra en Pedagogía Terapéutica por la Universidad de Barcelona y Psicomotricista por la Universidad Ramón Llull, un proyecto educativo que enmarque la calidad pedagógica de las salas ALATEVAMIDA. Dada la relevancia de este proyecto, exponente de verdadera dedicación educativa y de riguroso compromiso social, la dirección de ALATEVAMIDA muestra una síntesis del texto original del proyecto “Salas de Cuento”.
Dirección de Alatevamida
PROYECTO EDUCATIVO ALATEVAMIDA “SALAS DE CUENTO”
“TÚ PUEDES EMOCIONAR A UN NIÑO”
- OBJETIVOS
“Concebir unas salas exclusivamente infantiles es el objetivo principal del proyecto”
Las salas infantiles de ALATEVAMIDA están ideadas para fomentar el desarrollo psicomotriz, cognitivo, relacional y emocional de niños y niñas de entre 2 y 9 años. Cada uno de los componentes de la sala, su organización, distribución, color o tamaño están estratégicamente seleccionados para cumplir con los objetivos pedagógicos que se enmarcan en su proyecto educativo.
Ser especialistas en niños y niñas nos hace adquirir un compromiso con el desarrollo evolutivo infantil, respetando sus necesidades y cumpliendo con sus expectativas. Es por ello que las celebraciones en ALATEVAMIDA son seguras y a la vez divertidas. Unas celebraciones que pueden EMOCIONAR A UN NIÑO.
Concebir unas salas exclusivamente infantiles es el objetivo principal de este proyecto educativo, que huye de la idea de que cualquier espacio vale para un acontecimiento donde los niños y niñas son los protagonistas. Hace ya algunos años Maribel Vargas llegó a la conclusión de que era necesario crear un lugar donde el ambiente fuese el apropiado para los pequeños, cuidando para ello cada uno de los detalles para así, en consecuencia, favorecer al máximo el desarrollo de un evento tan importante para los pequeños.
- NATURALEZA DEL PROYECTO EDUCATIVO
”Otras salas se dirigen a múltiples celebraciones en el mismo espacio y tiempo, sin tener en cuenta la carga emocional para el niño, que no puede sentirse protagonista en su propio acontecimiento”
Las salas de celebraciones generalistas no pretenden responder a criterios educativos, ni tienen en cuenta las características de la evolución infantil. Ciertos elementos de la sala pueden limitar la motricidad espontanea y la creatividad del niño. Dichos elementos son inseguros, lo que conlleva la intervención constante del adulto, que ha de supervisar en todo momento el juego de los menores.
Otras salas se dirigen a múltiples celebraciones en el mismo espacio y tiempo, sin tener en cuenta la carga emocional que supone un evento de este tipo para del niño. El pequeño no puede sentirse protagonista de su propio acontecimiento, lo que impide un desarrollo relacional óptimo.
Surge de esta necesidad la creación de unas salas que tengan un compromiso con el desarrollo equilibrado de las funciones cognitivas, motrices, socio-relacionales y afectivo-emocionales de los niños y niñas.
- OBJETIVOS PEDAGÓGICOS DEL PROYECTO
”Es un espacio que el niño considera un lugar privilegiado, ya que es el lugar donde acontecen cosas importantes para él”
Las salas de ALATEVAMIDA responden a un proceso de formación conceptual y de investigación educativa, conciliando fundamentos teóricos con métodos observacionales. En esta interacción se engloban los siguientes objetivos pedagógicos:
Respetar y contribuir al desarrollo integral infantil.
Potenciar la autoestima del niño y consolidar sus primeras relaciones sociales.
Dotar a la sala con elementos y normas de seguridad infantiles.
Distribuir los componentes de la sala en función de un control no invasivo que fomente la expresividad espontánea del niño.
Ofrecer servicios adaptados a las expectativas infantiles y que respondan a ciertos valores.
Para su consecución, las líneas generales de elaboración de una sala ALATEVAMIDA fueron ideadas para crear un lugar donde el niño viva plenamente su expresividad psicomotriz, lo que le producirá una gran satisfacción y emoción. Una sala que tiene en cuenta los aspectos psicomotrices del niño favorece la comunicación y, sobre todo, convierte el espacio en unos lugares acogedores y seguros que permite la evolución y la plena adquisición de las destrezas cognitivas, motrices y socio-emocionales.
Es un espacio que el niño considera un lugar privilegiado, ya que es el lugar donde acontecen cosas importantes para él. Las salas de ALATEVAMIDA son un espacio independiente, propio, ajustado a los objetivos que persigue y a la metodología especifica que utiliza.
Por este motivo las salas de ALATEVAMIDA han sido creadas teniendo en cuenta las consideraciones de diversos autores psicomotricistas relacionados con el mundo educativo (Lapierre, Aucouturier, Wallon, Serrabona), y cuentan con las siguientes características:
Es suficientemente amplia (mínimo 100 m2) para permitir el movimiento total del niño, pero no excesivamente (máximo 150m2), pues puede provocar dispersión en el grupo. El tamaño de la sala ha de permitir satisfacer la necesidad de movimiento del pequeño.
Tiene un suelo apropiado, que dota de cierta calidad y seguridad al espacio permitiendo al niño desplazarse, si es posible descalzo, así como deslizarse por el suelo.
Es cálida tanto de ambiente como de temperatura. Los colores y otros elementos decorativos permiten la manifestación de la expresividad somática.
La adecuación del espacio potencia la relación y la comunicación con el grupo de niños y niñas, así como con los adultos.
La organización de los espacios de la sala ayuda a tomar consciencia de los límites y posibilidades corporales.
Los materiales que se disponen en la sala ayudan a vivir situaciones de juego simbólico.
Los espacios son altos para juegos de braquiación y caídas.
- DESPLIEGUE DE LOS ELEMENTOS DIDÁCTICOS-EDUCATIVOS DE LA SALA
“Tú puedes emocionar a un niño”
Aucouturier (Francia, 1934, psicomotricista que crea y desarrolla el concepto de la psicomotricidad vivenciada) decía que “toda propuesta educativa debería tener en cuenta prioritariamente los aspectos afectivos del niño”. Uno de los organizadores principales del desarrollo es sin duda la construcción de vínculos afectivos significativos que nos van a permitir construirnos como sujetos.
Éste es el punto de partida del proyecto educativo de ALATEVAMIDA: “Tú puedes emocionar a un niño”. El conocimiento de la psicología evolutiva y de la psicomotricidad infantil fomentan la creación de unas salas que priorizan el bienestar del niño.
4.1 LA SOCIALIZACIÓN: “ÉRASE UNA VEZ….MI CUMPLEAÑOS”
“En definitiva, un lugar donde los niños y niñas, son escuchados y reconocidos, mejorando así la imagen de sí mismos”
La infancia es el periodo en el que tiene lugar el proceso de socialización más intenso, es cuando el ser humano está más receptivo a aprender. A edades muy tempranas los niños y niñas comienzan a desarrollar su capacidad de adaptación y asimilación de los valores de su sociedad. Según Bernstein (Londres, 1924) la socialización es el «proceso mediante el cual un niño adquiere una identidad cultural y al mismo tiempo reacciona a dicha identidad».
En la sociedad actual la escuela es la sede de las primeras socializaciones de los niños, después de la familia. No cabe duda de que los primeros cumpleaños son eventos sociales de vital importancia. Contribuyen a una óptima consolidación del proceso de socialización primaria y al despertar a la socialización secundaria. Una celebración en la que el niño es protagonista puede ser el origen de los primeros contactos afectivos y relacionales.
El juego es la actividad esencial que posibilita al niño su socialización y la creación de su identidad social, es decir, el conjunto de roles, estatus, normas, pautas, costumbres, creencias, etc. de la estructura social a la que pertenece.
A través del lenguaje, tanto oral como corporal, el niño interacciona con el medio que le rodea e identifica la realidad. Esto le permite observar un núcleo de identidades que necesita estructurar posteriormente para así crear la suya propia. Los factores específicos de su personalidad en relación con su sociedad y su cultura es lo que le ayudarán a formar su personalidad.
Es a través de la acción, el movimiento, que nos relacionamos con el medio y satisfacemos nuestras necesidades. Ese movimiento es producto del inter-juego entre la actividad tónica y la actividad cinética, entre la expresión de sí (¿?) y la adaptación al mundo externo, en un medio físico, espacial y temporal determinado.
ALATEVAMIDA facilita los procesos de socialización poniendo a disposición de los organizadores un espacio donde tienen cabida un número importante de invitados. La gestión del espacio es práctica y asegura la intimidad del evento. Los niños y niñas pueden desarrollar sus habilidades sociales y relacionales en todo momento, desde la elaboración de sus invitaciones personalizadas, durante toda la celebración y hasta el final del evento. Son los únicos protagonistas que, rodeados de amigos y familiares, pueden poner de manifiesto sus competencias como seres sociales. En definitiva, las salas ALATEVAMIDA son un lugar donde los niños y niñas son escuchados y reconocidos, lo que contribuye a mejorar así la imagen de si mismos.
4.2 EL MOVIMIENTO: “PARA SABER Y CONTAR, Y CONTAR PARA APRENDER…”
“Nada es casual en una sala de cuento, los detalles son potenciadores de cada uno de los objetivos marcados”
La distribución y organización de las salas de ALATEVAMIDA responden a los criterios de una psicomotricidad vivenciada, donde la espontaneidad de los movimientos del niño son los artífices de su desarrollo madurativo. Si bien es cierto que en otros ámbitos educativos como la escuela entendemos que la psicomotricidad ha de ser de integración, con propuestas dirigidas por un adulto, en un espacio lúdico y creado para la festividad de acontecimientos se prioriza que la sala por sí sola, con sus elementos y la ubicación de éstos, sea capaz de originar juego.
Nada es casual en una sala de cuento, los detalles son potenciadores de cada uno de los objetivos de nuestro proyecto. De esta forma se originan pensamientos internos que contienen una gran carga simbólica, producto de la reflexión que tiene el niño cuando está en ambientes lúdicos llenos de signos, emociones, imágenes, representaciones y deseos, como en las salas de ALATEVAMIDA.
4.2.1 EL SUELO
“El suelo de la sala es un elemento de seguridad, pero además está pensado para incitar el movimiento primitivo del niño”
El suelo de la sala es un elemento de seguridad, pero además esta pensado para incitar el movimiento primitivo del niño: caer, revolcarse, girar, gatear… Es un elemento clave en toda la sala, con una composición amortiguadora, dirige al niño hacía un juego natural de experimentación sensoriomotora. Los colores del suelo son fuertes y atractivos, lo que contribuye al movimiento espontáneo. Esto potencia la auténtica expresividad motriz primitiva y favorece el autocontrol: el niño siente que domina la situación, su movimiento, y esto favorece su autoestima.
Lapierre y Aucouturier destacan que “las actividades motrices espontaneas como fuente de placer sensorio-motor son la única expresión verdadera del niño”. Las salas de ALATEVAMIDA son un espacio en el que la acción se impulsa desde el suelo, por sus colores y composición, pero que va apaciguándose a medida que se suaviza la tonalidad cromática de las paredes. El contraste de una graduación de color que disminuye en intensidad a medida que se asciende garantiza un óptimo movimiento motriz. El movimiento se inicia con un control más primitivo para ir aumentando en sus praxias hasta actividades motrices más específicas de control tónico.
4.2.2 EL ESPACIO
“La zona mixta y la zona adulta rodean la zona más puramente infantil pero no la invaden. Es una contención segura para el niño pero no un abuso de su espacio”
La delimitación del espacio es clave para entender el concepto de movimiento vivencial que ofrecen las salas ALATEVAMIDA. La zona mixta y la zona adulta rodean la zona más puramente infantil pero no la invaden. Es una contención segura para el niño pero no una invasión de su espacio. Esto le permite un juego protegido y favorece el desarrollo de actividades de una motricidad de dominio, donde ha de enfrentarse a una dificultad, entendiéndola como aquel pequeño reto motriz que puede dar lugar en la sala. El niño se siente seguro pero no invadido, y su juego puede evolucionar. Por lo tanto, se integra en su acción las actividades motrices primitivas (caer, revolcarse, gatear) y las actividades motrices que requieren esfuerzo y control motriz (tono, postura y gesto). Además, le permite jugar con las praxias: ser cada vez más rápido, parar y arrancar con más prontitud, independizar los movimientos y los segmentos corporales. Integra pues, de manera natural, todos los aspectos de la motricidad y cada una de las dimensiones de su evolución.
Una disposición no invasora del adulto en las áreas de juego infantiles favorece una contención segura desde el respeto del espacio. Esta distribución no sólo da seguridad al niño porque en todo momento tiene una presencia protectora, sino que además le permite el desarrollo de un movimiento motriz social.
El movimiento ante familiares y otro grupo de adultos es moneda de canje afectivo y escaparate de poder. Por el movimiento, quizás más que por ningún otro factor, se fragua una imagen personal, “el movimiento, casi perpetuo del niño, su exuberancia motriz casi ilimitada, es fuente y criterio de socialización” (Muniáin, 2006). Los adultos prestan enorme atención a las adquisiciones motrices del niño ya que son las más visibles y llamativas del proceso de evolución. El progreso motriz es un medio privilegiado de socialización ya que aporta pruebas de capacidad y de poder personal.
En este espacio, el niño utiliza aquellos juegos que le ayudan a mejorar su precisión motriz. Quiere mejorar sus cualidades, ya que están expuestas a sus vínculos afectivos, que están presentes pero que no les invaden. La presión social disminuye y se realizan retos de manera espontánea, lo que mejora la adquisición de su esquema corporal y su autoimagen.
Por otro lado, ninguna de las paredes de las sala está completamente ocupada, estimulando así la inteligencia espacio visual de los niños. Este detalle es primordial, dado que el movimiento implica espacio, “un movimiento cualquiera no puede distinguirse de su proyección en el espacio. Su orientación pertenece a su estructura” (Wallon, 1984).
Las paredes son un claro delimitador de la sala, no esconden nada, es un espacio finito, seguro y conocido para el niño. Sea cual sea el momento evolutivo de los niños que visiten la sala, son capaces de determinar la realidad del espacio de manera visual. Así, a través del movimiento conocen el espacio y perciben el contraste, el límite. Se favorecen actividades motrices que construyen estructuras espaciales y se potencia el desarrollo de aspectos de la inteligencia espacial, así como la capacidad de adaptación al medio.
El niño va conquistando el espacio, claramente delimitado y distribuido para tenerlo contenido y protegido, mientras desarrolla unos juegos espontáneos y naturales, de carácter socio-relacional y de expresividad sensoriomotora.
4.2.3 ZONAS DE JUEGO
“La creación de estos lugares viene determinada por la concepción del niño como ser global (motriz, afectivo y cognitivo), y para dar respuesta a ello, se crean en las salas ALATEVAMIDA estos lugares en los que el niño puede desenvolverse en toda su globalidad”
Las salas ALATEVAMIDA tienen unos espacios de juego diferenciados que recogen las etapas del desarrollo según Wallon, Piaget y Aucouturier. El objetivo fundamental es el de poner al niño en una situación en la que viva emocionalmente el espacio y todo lo que éste comprende (los objetos) dentro de un marco adecuado que, adaptándose al nivel madurativo del niño, le permita seguir evolucionando. Es el recorrido que va desde el placer sensorio-motor hacia el juego simbólico y, por tanto, al pensamiento operativo.
Para Aucouturier, “la pedagogía está orientada hacia la manipulación de las producciones del niño en los diferentes lugares: manipulaciones estimulantes hacia el desarrollo sensorio-motor, hacia la construcción de espacios simbólicos y hacia la capacidad de representar espacios”. El niño, por medio de los juegos sensomotores, va incorporando conocimientos y operando mentalmente. Por lo tanto, los procesos del conocimiento están íntimamente asociados al sistema motor. El comportamiento sensomotriz de los primeros años de vida es el punto de partida para la formación del conocimiento. Con el juego, el niño empieza a crear categorías conceptuales y sus relaciones lógicas.
ALATEVAMIDA se ideó partiendo de la idea de que el niño es un ser global (motriz, afectivo y cognitivo). Un ser global necesita un espacio que proyecte esa globalidad, por lo que se crearon tres espacios específicos:
Espacio Sensorio-motor I: Motricidad Inicial
“Los materiales psicomotrices están disfrazados de juguetes, por eso se transforman en un componente emocional y tienen efecto sobre la disponibilidad corporal y psíquica del niño”
El inicio de un juego sensoriomotor, que se incita en el mismo suelo, va acompañado de varios materiales en una de las zonas de juego. En ella se encuentran juegos motrices primitivos para balancearse y estimular las sensaciones vestibulares, túneles para incitar al gateo, y otros materiales de construcción.
En esta zona se potencian aspectos de motricidad tónica, como las praxias tónicas (contraer y relajar músculos, actividad y pasividad, equilibrio, rodar, balancearse, girar…), las praxias posturales y gestuales. Además, se favorece la motricidad cinética, tanto general (reptar, gatear, caminar, correr) como el equilibrio.
La zona sensorio-motriz brinda al niño la oportunidad de investigar, analizar, reflexionar, observar y, de acuerdo a sus capacidades, caminar hacia el descubrimiento de sus necesidades. Los materiales psicomotrices están disfrazados de juguetes, por eso se transforman en un componente emocional, y tienen efecto sobre la disponibilidad corporal y psíquica del niño. Las vivencias impulsivo-emocionales del movimiento, de la postura, del equilibrio, de la respiración, ayudan la evolución del pequeño, donde encontraran sus límites en el juego, demostrarán sentimientos y emociones, frustraciones, seguridad e inseguridad, mejorando su propio ritmo de desarrollo.
Espacio Sensoriomotor II: el “peque-park” y la piscina de bolas
“El niño es descubridor del espacio y lo integra en su conocimiento. Comienza el pensamiento operacional: el niño planea qué actividades quiere poner en práctica, qué movimientos va a dirigir para la consecución de un reto”.
La zona del “peque-park” vuelve a ser una zona de experimentación sensorio-motora, aunque le añade un elemento de cierta especificación: permite al niño practicar praxis motrices específicas, de independencia segmentaria o de dominio motriz, tales como lanzar, caer, trepar, balancearse, saltar, rodar, deslizarse, subir escaleras, correr, atacar, reposar, esperar, observar y descubrir.
El “peque-park” de ALATEVAMIDA ofrece actividades que, por su composición, se basan en 3 ejes fundamentales:
Vivencia del placer del movimiento a través de actividades motrices espontáneas. Es decir, ofrecer al niño un espacio donde pueda vivir el placer del movimiento en sí, el placer por el placer.
Formación de la imagen corporal y de la identidad, tan importante en el desarrollo del niño y su relación con el mundo.
Necesidad de coordinación total del cuerpo que implica el estado de equilibrio y de desequilibrio.
El “peque-park” y la piscina de bolas son elementos que contribuyen a desarrollar aspectos neuromotores a un máximo desarrollo neuromotor. Ofrecen al niño la posibilidad de coordinación sobre el plano horizontal y vertical y le brindan retos de adquisición y consolidación psicomotriz. Además, es un espacio afectivo en el que los niños sienten la emoción de encontrarse en una zona inexpugnable por el adulto, lo que le hace experimentar una gran carga de ilusión, fantasía y euforia.
La globalidad en el desarrollo que permite el peque-park se manifiesta en su aportación a la dimensión cognitiva. El niño es descubridor del espacio y lo integra en su conocimiento: comienza el pensamiento operacional, el niño planea qué actividades quiere poner en práctica, qué movimientos va a dirigir para la consecución de un reto.
Juego simbólico
“El juego simbólico provee al niño de nuevas formas de explorar la realidad y de estrategias diferentes para operar sobre ésta”
Siguiendo la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget, en el desarrollo del niño se pasa de los aspectos sensomotores al juego simbólico. La sala dispone de un importante número de materiales que desarrollan el simbolismo en el juego, clave para entender el desarrollo del lenguaje, de la memoria y del pensamiento. Estos materiales, las cocinitas, muñecas, disfraces y otros juguetes, imitan el mundo real. En esta zona, el niño refleja en el espacio afectivo toda su emoción y toda su vida fantástica. Manifiesta su mundo interior por medio de la mirada, el lenguaje, el gesto, la postura, la mímica y los objetos.
El juego simbólico provee al niño de nuevas formas para explorar la realidad y de estrategias diferentes para operar sobre ésta. Permiten al niño descubrir nuevas facetas de su imaginación, pensar en numerosas alternativas para un problema, desarrollar diferentes modos y estilos de pensamiento. A través del juego simbólico el niño también interactúa con los invitados al evento, lo que enriquece y diversifica también su conducta.
Se considera que el juego simbólico es un instrumento privilegiado para el desarrollo de las capacidades que se pretende que alcance el niño, por el grado de actividad que comporta, por su carácter motivador, por las situaciones en que se desarrolla y por las posibilidades de participación e interacción proporciona, entre otros aspectos. El juego simbólico es un recurso que permite al niño alcanzar por sí solo un aprendizaje significativo y que le ayuda a proponer y a alcanzar metas concretas de forma relajada y con una actitud equilibrada, tranquila y de disfrute.
Zona de relajación: la casa
“Es necesario tener un refugio donde el niño pueda sentirse seguro en el momento que necesita una pausa. La casa simboliza seguridad y de relajación”.
La casa puede tener varias funciones dentro de la sala, ya que puede servir como elemento de juego simbólico. Pero su ubicación en la sala es importantísima y va más allá de ser un juguete más, por lo que merece ser destacada por sí misma.
En espacios de expresividad motriz y emocional, es necesario tener un refugio donde el niño pueda sentirse seguro en el momento que necesita una pausa. La casa simboliza seguridad y relajación.
La incorporación de este lugar viene determinada por la concepción del niño como ser global (motriz, afectivo y cognitivo), y para dar respuesta a ello, se determina la zona de la casa, en la que el niño tiene un espacio y tiempo para la relajación.
Siguiendo la idea de la concepción del niño como ser global, se incorpora la casa, una zona donde el niño encuentra espacio temporal.
4.2.4 ZONAS MIXTAS
“En las salas ALATEVAMIDA dan las condiciones más favorables al desarrollo de una conciencia lúcida, de una actitud solidaria y de un pensamiento crítico. Son salas de cuento con valores de cuento”.
Juegos de mesa y de lectura
“Aprender a jugar bajo unas normas es uno de los principios del desarrollo cognitivo operacional”.
Aprender a jugar bajo unas normas es uno de los principios del desarrollo cognitivo operacional. Los juegos de mesa invitan a potenciar el descanso motriz para centrarse en aspectos más puramente cognitivos: búsqueda de estrategias, resolución de conflictos y aceptación de reglas.
En las salas ALATEVAMIDA hay una zona diferenciada para los juegos de mesa y para la contemplación o lectura de cuentos.
Las Nuevas Tecnologías: la videoconsola WII y la televisión
“Se deben incluir en los espacios de juego como un elemento más, no como el centro de la diversión”.
Las nuevas tecnologías están presentes en nuestra sociedad, obviarlas es un error pedagógico. Se deben incluir en los espacios de juego como un elemento más, no como el centro de la diversión, ni esconderlas pues es una realidad presente en el niño.
4.3 LOS VALORES: …Y COMIERON PERDICES
“Al evocar esos cuentos se propician acciones encaminadas hacia una educación integral, activa y creativa, respetando la individualidad y favoreciendo la sociabilidad”.
Cada una de las salas recibe el nombre de un cuento, con la finalidad educativa de tratar de recuperar los valores básicos de estas narraciones fantásticas. Al evocar esos cuentos, se propician acciones encaminadas hacia una educación integral, activa y creativa, respetando la individualidad y favoreciendo la sociabilidad.
Los cuentos desarrollan amplitud de funciones ligadas a los valores y al desarrollo integral del niño. Cabe destacar las siguientes:
Pedagógicas: el desarrollo de las capacidades cognitivas y creativas mediante la estructuración de estrategias de pensamiento.
Sociales: el estímulo de los procesos de cooperación, solidaridad y participación.
Cultural comunitarias: el fortalecimiento de los sentimientos de pertenencia desde un mayor conocimiento de la historia y las tradiciones.
Comunicativas: la estimulación de los procesos afectivos y de relación intergeneracional.
Conclusión
En las salas ALATEVAMIDA se crean de manera permanente las condiciones más favorables al desarrollo de una conciencia lúcida, de una actitud solidaria y de un pensamiento crítico. Son salas de cuento con valores de cuento.
Todos los elementos de la sala, de todas las zonas de juego, disponen de las protecciones de seguridad infantiles: salientes acolchados, futbolín con sistema de seguridad en las barras, suelo de composición amortiguadora, etc…
Cada vez que reserves una de nuestras salas para una celebración infantil recuerda que tu objetivo y el nuestro es el mismo: “emocionar a un niño”. En ALATEVAMIDA hacemos lo posible por conseguirlo.